En fin, volviendo por donde
solíamos, hay dos imágenes que me han causado fuerte impacto en los últimos
tiempos. Me gustaría retrotraerme a esos
momentos únicos, que seguramente aparecerán reflejados en los típicos resúmenes
anuales de noticias que se emiten en fin de año.
Empezaré por la más reciente.
Muchas veces he comentado en este blog que mi capacidad para sorprenderme de
las cosas que pasan en estos feudos dejados de la mano de Dios no deja, valga
la redundancia, de sorprenderme. Enorme conmoción la que sufrí cuando pude
observar las imágenes del alcalde de Marinaleda y di-puta-do autonómico
andaluz, el señor Sánchez Gordillo, acaudillando a sus huestes para asaltar
unos ovarios, perdón, o varios, supermercados. Expropiación lo llamaron.
Necesito una explicación urgente. Es decir, si Pedro Pérez Baticola, casado,
con dos hijos menores, sin ningún ingreso en la unidad familiar, acude a un
supermercado, a una entidad financiera, o a una casa de lenocinio y se incauta
o expropia mercancía o remanente por valor de 300 Euros, con el propósito único
de dar de comer a los churumbeles, le meten en la trena. Ahora bien, si acude
acompañado de 45 colegas, agrede a las empleadas y convoca a los medos de
in-comunicación, iría igualmente al cuartelillo?
Siento decírselo señor Gordillo,
usted, que se levanta 3.000 al mes, el señor Llamazares que se levanta 8.000 o
el señor Cayo Lara que se gana unos bien merecidos 6.000, tampoco me representa.
Me siento frente a ustedes como frente al señor Botín, son unos privilegiados
que viven en un mundo aparte, de Yupi efectivamente, porque entiendo que cada
día cuando se despiertan debe ser lo primero que exclamen, YUPIIII, ni ustedes
ni sus mas fervientes admiradores deben terminar de creerse la suerte que han
tenido llegando a tal nivel.
Además, señor Sánchez Gordillo,
renuncie a su condición de aforado, por favor, de ejemplo, en eso sí, ya que
alguien que lucha por los trabajadores, jamás, nunca, permitiría que se
agrediese a otro trabajador como usted consintió. Váyase a la trena y llévese,
a la sombra o a la mierda, a los 400.000 inútiles integrales que comparten
cargo político con usted. Muchas gracias.
La segunda imagen, algo anterior,
es la de la penúltima caída del jefe del estado. Bofetón egregio y solemne.
Trompada propia de una persona mayor que lleva en su gastada anatomía la huella
indeleble del tiempo. Esa desgracia física, sin mayores consecuencias
afortunadamente, me lleva a pensar que tal vez se trate de una magnífica metáfora
del estado general de las cosas. Es posible que refleje el estado del estado. Estamos
que nos caemos e imagino las portadas de los medios de comunicación
extranjeros. Los comentarios en las tertulias en Frankfurt o Berlín:
-
Fíjate Klaus. El Rey de España se ha dado otra hostia.
-
Cazando?
-
No. En un acto oficial.
-
Joderrrr.
-
Pues hay un alcalde que asalta supermercados.
-
No me jodas Fritz.
-
Como te lo cuento.
En fin. Tal vez por ahí ocurra
exactamente igual que aquí. Tal vez sus jefes de estado trastabillen y caigan. Tal
vez sus alcaldes “expropien” supermercados. Tal vez todo sea igual o peor. No,
peor no creo, no creo que en Alemania tengan un 25 % de tasa de paro.
Bss
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