lunes, 9 de julio de 2012

Qué más se puede pedir?

Buenos días amiguitos y amiguitas. Vuelvo a la senda de la prosa, firme y clara, con una fábula sobre un individuo cualquiera. Alguien que podría ser yo, o si Dios no lo remedia, cualquiera de nosotros.

( Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Igualmente se hace constar que la asociación americana para la protección de la naturaleza ha supervisado este ejemplo, asegurándose que ni el escritor, ni el protagonista, han sufrido daño alguno durante el desarrollo del mismo)

Pedro Pérez Baticola, cual la academia española…es un trabajador en paro. Tiene 44 años, más de 20 años de experiencia como comercial. Ha trabajado en diferentes empresas de diferentes sectores de actividad. Debería ser pieza cotizada en el mercado laboral, pero por diferentes razones, que no vienen al caso, no consigue un empleo, es más, es realmente difícil para él conseguir una entrevista de trabajo.

Hoy es un día especial, no obstante. Pedro Pérez ha conseguido, después de dos meses de lucha infructuosa, una entrevista. Se trata de una pequeña y joven empresa que está intentando hacerse un hueco en el sector de la automoción. Pedro está ilusionado y nervioso, la oferta y más que la oferta, la posibilidad de trabajar para una empresa de esas características  le atrae sobremanera, amén de que el dinero se acaba y es preciso obtener ingresos regulares.

Por lo demás es un día ajetreado para él. Ha concertado la entrevista para la una de la tarde. La sede de la empresa está situada en un polígono industrial a las afueras de la ciudad por lo que tendrá que utilizar su vehículo particular, con el agravante de que tiene cita con su médico de cabecera para  las 15.30 horas, debido a un molesto forúnculo que le tiene, digamos por no dar más señas, eso, molesto.

Le espera un raid de aventura, en el que, cual participante del Dakar, tendrá que llegar, hacer la entrevista, comer algo rápidamente y llegar al centro de salud.

Se ha vestido con pulcritud, uniforme de trabajo, traje, corbata, maletín, currículum, bolígrafo, etc. Se dispone a salir con tiempo suficiente, uno siempre ignora los caprichos del tráfico rodado. No obstante, hombre previsor, ha incluido entre su equipo de campaña su GPS, no vaya a ser que se pierda, llegando tarde a la entrevista y dando al traste con sus aspiraciones.

11.45 El primer inconveniente surge nada más abandonar su domicilio. Hace un calor infernal. Parece que una ola de viento africano ha tenido a bien visitarnos. Temperatura a esa hora de la mañana, 42º centígrados. Pedro suda profusamente al introducirse en su vehículo. Este, perfectamente aparcado junto a la puerta de su casa, ha permanecido al sol desde las 6 de la mañana. Temperatura interior 63º centígrados. Después de bajar ambas ventanillas, conectar el climatizador, seleccionando la temperatura interior en 2 grados bajo cero y escuchar un ruido poco halagüeño de su motor, se dispone a conectar su GPS.

Diez minutos después, una vez encendido y apagado el aparato en 72 ocasiones, descubre para su sorpresa, que la dirección de la empresa sita en la calle Almirante Jiménez Dávila Chueca de las Altas Cumbres, nº 3, parcela 20, nave 2, no puede ser localizada por su GPS. Debido a la restricción presupuestaria a la que Pedro se ha visto sometido, por su condición de desempleado, no ha podido por menos que olvidar completamente que su GPS es del año 2006 y necesita, con carácter urgente, una actualización.  Hasta el punto que un día, con pasmo absoluto por su parte, una dirección de la calle Gran Vía figuraba en su GPS como Avenida de José Antonio número tal…

12.15 Sudando, como cualquier corredor de maratón, arranca y sale disparado hacia su destino. Sabe más o menos como llegar al polígono industrial, ya que hace poco era un erial que solía contemplar desde su coche. Hectáreas de terreno baldío que, en 18 meses, se han convertido en el tercer polígono industrial, por tamaño, del país. Cuenta solamente, y esto es auspicioso, con 18.753 naves industriales, de las cuales están desocupadas 18.750. No le será difícil, por tanto, dar con alguna donde se pueda observar actividad.

Le sorprende en su periplo, no ya el ruido cada vez más insistente del  motor de su coche, sino el lamentable estado del firme que convierte su suspensión deportiva en un toro mecánico a 45 revoluciones por minuto. En 40 minutos de trayecto, el perfecto planchado de sus pantalones se ha convertido en una obra de Adolfo Domínguez, no hay un centímetro que no esté arrugado, y   ha sufrido dos dolorosas contracturas en la espalda que tendrá que comunicar en la visita posterior al médico.

12.55 Llega con gran sufrimiento y no poco sofoco al lugar de la entrevista. Se pone su chaqueta y se dispone a presentar su mejor cara. Descubre que empresa de automoción es sinónimo de taller mecánico, no obstante esto no le arredra.

La entrevista se desarrolla de manera agradable. Le hacen saber las condiciones laborales. Salario 16.000 Euros/brutos anuales. Jornada completa, a saber, de lunes a jueves de 8 de la mañana a 8 de la tarde, con media hora para comer y los viernes jornada intensiva, de 7 de la mañana a 7 de la tarde. El puesto tiene vocación de ser estable. Buscan una persona que se implique, que tenga verdaderos deseos de integrarse en una organización joven y dinámica. Muchas gracias por venir, le mantendremos informado.

13.45 Al salir e intentar arrancar su coche descubre, con gran dolor y sentimiento profundo, que no solo no arranca, sino que además se siente inusualmente próximo al asfalto. Al menos tiene la fortuna de hallarse en un taller mecánico. Después de una primera observación, con ojo de experto, el jefe de taller le comunica que, amén de dos ruedas pinchadas, debido más que probablemente al mal estado de las carreteras, los recortes, sabe usté?,   debe existir algún problema de ventilación. Es inútil intentar llevárselo, decide dejarlo allí para que le den presupuesto de la reparación.

14.05 Le informan de una parada de autobuses interurbanos que se encuentra relativamente próxima. Camina durante 20 minutos bajo un sol inclemente. No hay más que unos tímidos retoños de árbol, todos secos, marchitos, que no se dan sombra ni a sí mismos. Llega a la parada donde una nota informativa de la empresa concesionaria comunica amablemente a los usuarios, que debido a los recortes efectuados por la consejería de transportes el servicio en días laborables se presta, no cada 20 minutos, sino cada 40 minutos.


16.00 Tras más de 4 horas de periplo, comer un montado de jamón, una coca cola y 17 vasos de agua. Habiendo perdido unos 4 kilos, chaqueta doblada bajo el brazo, corbata introducida en el maletín, oliendo a puercoespín, y el rictus desencajado, hace acto de presencia, sin esperanza alguna, en el centro de salud. Para su sorpresa descubre que, a pesar de ser las 16.15 horas, aún están pasando los pacientes citados a las 15.05. Al menos, una buena noticia en un día sumamente ajetreado.

18.45. Es su turno. En un análisis rápido y conciso informa al galeno de sus múltiples dolencias. Pomada, ibuprofeno, relajante muscular, vuelva la semana que viene si no observa mejoría.

18.45 y 30 segundos. Sale de la consulta sorprendido, no tanto por la rapidez en la atención, sino por que el médico, sentado en su butaca, con el aire acondicionado a tope y sin moverse, presenta un aspecto mucho más lamentable que el suyo. Un parroquiano le informa que D. Luis, el médico, ha pasado, gracias a una mejora en la gestión del centro, acorde a los recortes e innovaciones implementados por la consejería de salud, de tener que atender a 30 pacientes diarios a 75. No me diga usted que no es ventajoso. Ahora, por fin, se está gestionando la sanidad pública como se debe.

20.00 Finaliza su día. Llega a casa, arroja la chaqueta sobre el sofá y reflexiona sobre las 8 horas que ha pasado fuera. Ha comprado las medicinas, un 50 % más caras, gracias al más que necesario copago. Ahora, al margen de resultarle problemático sentarse, debido a su forúnculo, no puede permanecer sino en una postura determinada, por las contracturas. Le han informado amablemente desde el taller que lo del coche no es serio, 750 Euros ruedas incluidas, una ganga oiga. La empresa le ha comunicado con suma cortesía, para más señas una tal Chari, porque la jefa se ha pirao ya, que no ha sido seleccionado para el puesto, pero que tendrán en cuenta su currículum para futuros procesos. Sin ir más lejos puede que le citen la semana que viene para el puesto de barrendero del local, el sueldo es un poco más bajo y la jornada un poco más larga, pero es una oportunidad.

No hay trabajo, las carreteras son pistas de rally, los centros de salud matan por igual a profesionales y pacientes, los servicios de transporte alteran la frecuencia de paso, los polígonos industriales fruto de rentabilísimas operaciones inmobiliarias están vacíos…..
Qué más se puede pedir?


Bss

2 comentarios:

  1. Muy bueno, me a encantado!

    Solo te ha faltado poner el peaje jajajajaj

    Trsitemente, real como la vida misma...

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    1. Gracias

      Está basado, en una adaptación libre, en diferentes sucesos, lamentablemente reales.

      Es triste, si

      Un abrazo

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