Buenos días amiguitos y
amiguitas. Hoy, miércoles 15 de Noviembre, es el día después. Vaya por delante,
no vaya a ser que se me olvide mencionarlo, que estoy absolutamente en contra
de los recortes efectuados, que siempre he defendido aquí la injusticia de
maltratar a médicos, enfermeras, investigadores, maestros, estudiantes,
trabajadores, amas de casa, y, por no extenderme más, a cualquier hijo de
vecino, ciudadanos todos, que trabajan o lo intentan, que buscan labrarse un
futuro y que solo desean, como decía la canción, su pan, su hembra o hembro ( que
agradecidos tenemos que estarte Bibiana) y la fiesta en paz.
Ayer pude asistir a una de esas
demagógicas demostraciones de fuerza por parte del sindicato vertical ( U.G.T.
y CC.OO.). Digo demagógica y digo bien porque solo desde la desvergüenza más
absoluta puede tolerarse que unos tíos que se apropian de las calles reivindicando
el bien de los trabajadores maltraten a los suyos, si, a los que les son
propios y los despidan haciendo uso y abuso de la reforma laboral a la que
frontalmente se oponen salvo cuando les sirve a ellos mismos.
Unos sindicatos que despiden a
una asalariada por quedarse embarazada, como lo leéis, conozco personalmente a la afectada. Unos
sindicatos que exigen la cabeza de Juan el Bautista, léase Rodrigo Rato, cuando
ellos estaban en el mismo consejo de administración, llevándoselo muerto.
Unos sindicatos que se financian
con los impuestos que me cuesta una porción de bazo pagar.
Unos sindicatos que, como toda la
mal llamada izquierda de este país, son de lo más rancio, caciquil y
fascistoide.
Me jode, en mi propio bolsillo,
que la alcaldesa de Madrid, Dña. Ana, si, esa que cualquier día firmará su
propia sentencia de muerte y que alquila bienes públicos a particulares por un
plato de lentejas, me suba el IBI porque el ayuntamiento, gastón,
despilfarrador, amigo de sus amigos y “zanjardón” a más no poder, tenga que
subirlo amparándose en que 300 gilipollas se dediquen a quemar contenedores,
romper papeleras y otras gracias diversas fruto del ejercicio libre y
democrático del derecho de “juerga” o de cualquier otro que tengan a bien
poseer por el mero ejercicio del mismo.
Esto, amiguitos y amiguitas, es
el mismo negocio. El burro, que somos nosotros, los conductores del carro, que
son ellos, partidos y sindicatos, y la zanahoria, que es el premio que o bien ellos
se comen o bien, a veces, solo para mantener la tensión, la esperanza y, en
definitiva, su negocio, tienen a bien compartir con nosotros, concretamente
introduciéndonoslo por vía anal.
Es qué no puedo vivir en un país,
discutido y discutible, como dijo el prócer sin “celebro”, sin tanto trincón? Es
que me porté mal en una vida anterior y tengo que pagar , cual Sísifo, eternos
penares hasta merecer el perdón? Es que no tenemos bastante con lo que llueve
para que estos hijos de puta nos sigan meando encima y, además, nos obliguen a
escuchar sus vacuos y vocingleros discursos?
Es que no merezco poder vivir sin
Pajines, Sorayas, Marianos, Zapateros, Cándidos, Tochos y demás?
Solo me queda elevar mi más
sentida plegaria:
SEÑOR¡¡¡ CONCÉDEME UNA LOTO
RETIRANTE.
Bss