Buenas tardes amiguitas y
amiguitos, quiero comenzar avisando a navegantes, este será, D.M., el post mas
políticamente incorrecto de los que he escrito hasta ahora. No he empezado, en
todo caso, como debería si me ciño a lo anteriormente mencionado. Y he empezado
mal por el mismo título de inicio, en realidad debería titularse NO ME TOQUÉIS
LA POLLA.
He de continuar manifestando que,
como buen español, no me siento especialmente orgulloso de mi país, y digo mío
y digo bien. He nacido aquí, tengo esta nacionalidad y llevo casi 25 años de mi
vida contribuyendo a su sostenimiento a través de los impuestos que me toca
pagar. Debo puntualizar que mi “lealtad” a mi país, que se manifiesta en mi
declaración de Renta anual, por ejemplo, y a sus símbolos, bandera e himno,
serían los mismos si dicha bandera fuese roja, amarilla y morada y el himno fuese
el de Riego, que por cierto tiene letra.
No entiendo , y he desistido de
entender, porque razón aquí se vituperan dichos símbolos mientras en cualquier
otro lugar se tiene a gala la pertenencia a una determinada nación, con
independencia del brillo, esplendor o situación de la misma. Decía que no me
siento orgulloso de tener la misma nacionalidad, o de haber nacido en la misma
mala madrastra que Séneca, Don Pelayo, Rodrigo Díaz de Vivar, Averroes, Elcano,
Cervantes, Quevedo, Lope, Tirso, Calderón, Blas de Lezo, Mazarredo, Lorca,
Falla, Blasco Ibáñez, Unamuno, Ortega y Gasset, Ramón y Cajal, Juan Oró, Miguel
Indurain, o Don Rafael Nadal Parera, por hacer una brevísima e incompleta enumeración.
Lo que me indigna, lo que me saca
absolutamente de mis casillas es la impunidad y la injusticia, la falta de
equidad, de educación y de respeto. Supongamos que unos colegones y yo mismo,
haciendo gala de profunda educación, clase y estilo, arrancamos una señera,
senyera o como el diablo la denomine, la arrastramos por el suelo,
orinamos encima y, finalmente, le prendemos fuego. O una ikurriña, que para el
caso es lo mismo. Qué dirían de nosotros? Que dirían de mí, si en momento más o
menos solemne aprovecho que está sonando “Els segadors” para rascarme con fruición
la entrepierna, que digo entrepierna, la polla señores, y además aprovecho para
eructar sonoramente, sacarme un moco, cagarme en su puta madre o, simplemente,
silbar o chillar como un poseso?
La tan manida superioridad moral
de la supuesta izquierda nos advierte de que es signo de mucha prudencia democrática el
respeto a la libertad de expresión, aprovechando, de soslayo, para manifestar,
con el complejo de superioridad que les es propio, que el origen del problema
no está en que se pisoteen los símbolos de mí país, y el suyo por desgracia,
sino en que es el estado español el que genera dicha repulsa.
Miren ustedes, si tuviesen
cojones, de los que carecen, lo que harían, después de clasificarse para
disputar una final de la Copa del Rey, es sacar una nota pública manifestando
que estando en profundo desacuerdo con lo que España representa y significa, se
niegan a jugar dicha final. Es más, que no van a participar más en ninguna competición
organizada desde y por un estado manifiestamente opresor y totalitario como el
estado español.
Me rindo. Me la pela,
absolutamente, lo que hagan o digan. Me la trae floja y pendulante que piten en
himno de mi país. Me la suda, que pisen mi bandera. Eso sí, luego, no me pidan
en navidad que compre cava catalán. No me soliciten que adquiera productos
textiles catalanes o que visite Euskadi. Como si no existieran, como si
hubiesen muerto. Ya lo he dicho en alguna ocasión, mil veces que nacieran, ada
colau o artur más, no serían la mitad de independentistas de lo que soy yo.
Váyanse de una puta vez, o mejor aún, échenlos. A la puta calle, a la puta
mierda. Cojan su bandera de mierda, su himno de paletos, su virgen negra en
miniatura, su puto equipo de futbol pagado por Qatar y lárguense a Zurich que
es su verdadera patria, o, al menos, donde tienen nuestro dinero. Eso si, por
favor, NO ME TOQUEN MAS LA POLLA.
Bss.