lunes, 1 de junio de 2015

No me toques el pito


Buenas tardes amiguitas y amiguitos, quiero comenzar avisando a navegantes, este será, D.M., el post mas políticamente incorrecto de los que he escrito hasta ahora. No he empezado, en todo caso, como debería si me ciño a lo anteriormente mencionado. Y he empezado mal por el mismo título de inicio, en realidad debería titularse NO ME TOQUÉIS LA POLLA.

He de continuar manifestando que, como buen español, no me siento especialmente orgulloso de mi país, y digo mío y digo bien. He nacido aquí, tengo esta nacionalidad y llevo casi 25 años de mi vida contribuyendo a su sostenimiento a través de los impuestos que me toca pagar. Debo puntualizar que mi “lealtad” a mi país, que se manifiesta en mi declaración de Renta anual, por ejemplo, y a sus símbolos, bandera e himno, serían los mismos si dicha bandera fuese roja, amarilla y morada y el himno fuese el de Riego, que por cierto tiene letra.

No entiendo , y he desistido de entender, porque razón aquí se vituperan dichos símbolos mientras en cualquier otro lugar se tiene a gala la pertenencia a una determinada nación, con independencia del brillo, esplendor o situación de la misma. Decía que no me siento orgulloso de tener la misma nacionalidad, o de haber nacido en la misma mala madrastra que Séneca, Don Pelayo, Rodrigo Díaz de Vivar, Averroes, Elcano, Cervantes, Quevedo, Lope, Tirso, Calderón, Blas de Lezo, Mazarredo, Lorca, Falla, Blasco Ibáñez, Unamuno, Ortega y Gasset, Ramón y Cajal, Juan Oró, Miguel Indurain, o Don Rafael Nadal Parera, por hacer una brevísima e incompleta enumeración.

Lo que me indigna, lo que me saca absolutamente de mis casillas es la impunidad y la injusticia, la falta de equidad, de educación y de respeto. Supongamos que unos colegones y yo mismo, haciendo gala de profunda educación, clase y estilo, arrancamos una señera, senyera o como el diablo la denomine, la arrastramos por el suelo, orinamos encima y, finalmente, le prendemos fuego. O una ikurriña, que para el caso es lo mismo. Qué dirían de nosotros? Que dirían de mí, si en momento más o menos solemne aprovecho que está sonando “Els segadors” para rascarme con fruición la entrepierna, que digo entrepierna, la polla señores, y además aprovecho para eructar sonoramente, sacarme un moco, cagarme en su puta madre o, simplemente, silbar o chillar como un poseso?

La tan manida superioridad moral de la supuesta izquierda nos advierte de que es signo de mucha prudencia democrática el respeto a la libertad de expresión, aprovechando, de soslayo, para manifestar, con el complejo de superioridad que les es propio, que el origen del problema no está en que se pisoteen los símbolos de mí país, y el suyo por desgracia, sino en que es el estado español el que genera dicha repulsa.

Miren ustedes, si tuviesen cojones, de los que carecen, lo que harían, después de clasificarse para disputar una final de la Copa del Rey, es sacar una nota pública manifestando que estando en profundo desacuerdo con lo que España representa y significa, se niegan a jugar dicha final. Es más, que no van a participar más en ninguna competición organizada desde y por un estado manifiestamente opresor y totalitario como el estado español.

Me rindo. Me la pela, absolutamente, lo que hagan o digan. Me la trae floja y pendulante que piten en himno de mi país. Me la suda, que pisen mi bandera. Eso sí, luego, no me pidan en navidad que compre cava catalán. No me soliciten que adquiera productos textiles catalanes o que visite Euskadi. Como si no existieran, como si hubiesen muerto. Ya lo he dicho en alguna ocasión, mil veces que nacieran, ada colau o artur más, no serían la mitad de independentistas de lo que soy yo. Váyanse de una puta vez, o mejor aún, échenlos. A la puta calle, a la puta mierda. Cojan su bandera de mierda, su himno de paletos, su virgen negra en miniatura, su puto equipo de futbol pagado por Qatar y lárguense a Zurich que es su verdadera patria, o, al menos, donde tienen nuestro dinero. Eso si, por favor, NO ME TOQUEN MAS LA POLLA.

 

Bss.

No hay comentarios:

Publicar un comentario